martes, 24 de junio de 2014

ACERCA DE LA TEORÍA DEL ESTADO Y LA CIENCIA POLÍTICA


De acuerdo al autor, “la Ciencia Política suele ser llamada también como Teoría del Estado, en donde éste término suele ser más flexible, mientras que el de Ciencia Política es el nombre más usual y/o común” (Coca, 2011). Al respecto, cabe establecer, a entender nuestro, la visión o enfoque de las ciencias jurídicas de tal afirmación. Sin embargo es preciso efectuar algunas puntualizaciones que nos permitan reflexionar acerca de la Ciencia Política.

La Ciencia Política tiene como objeto de estudio las relaciones de poder, tanto implícitas como explícitas, que se articulan en distintos niveles, entre sectores dirigentes y dirigidos, en el Estado y sus instituciones, en las organizaciones sociales y los individuos. También le compete a la disciplina indagar tanto en las estructuras como en los procedimientos y procesos que concurren en la toma de decisiones políticas y en las interacciones entre los diferentes sistemas políticos.

No debe confundirse “Ciencia Política” con “política”. Siguiendo el pensamiento de Max Weber en su obra El político y el científico, se entiende por política a “la aspiración a participar en el poder o a influir en la distribución del poder entre distintos Estados o, dentro de un Estado, entre los distintos grupos humanos que éste comprende”. Sobre la política como actividad, ejercida en forma “militante”, con mayor contundencia el mismo autor señala más adelante en su clásico texto: “Quien hace política, aspira al poder. Al poder como medio al servicio de otros fines (egoístas o idealistas) o al poder por sí mismo, para gozar del sentimiento de prestigio que el poder da”.

De acuerdo a algunas corrientes o posiciones de la Ciencia Política existen cuatro campos que conforman las fronteras de esta disciplina. Ellos son:

  • la teoría política y las instituciones;
  • el análisis político comparado;
  • las políticas públicas; y
  • las relaciones internacionales.

Sin lugar a dudas, la Ciencia Política centra su estudio, aunque no de manera exclusiva, en dos elementos fundamentales, el poder (como fenómeno humano) y el Estado (como ámbito de acción de las relaciones humanas y de poder). Más allá de la explicación del surgimiento del Estado como una necesidad socioeconómica, debe reconocerse que el poder político fue y es el germen de la organización social. El hombre en su aspecto político, implícito en todas las actividades humanas, no sólo busca dar solución a cuestiones económicas sino también desarrollar acciones que implican poder, y unas y otras están reguladas por el orden o derecho.

Resulta vital en esta reflexión puntualizar algunos aspectos acerca de la política. El concepto política deriva de la palabra griega polis, que designa lo referente a la ciudad, al ciudadano o lo civil y público. Los griegos utilizaban el termino polis como un vocablo para referirse a la comunidad integrada por un conjunto de hombres que residían en un territorio delimitado, que constituían una entidad prácticamente autosuficiente y se encontraba regida por un gobierno propio. Este primer acercamiento a la palabra política delimita el enfoque a las acciones humanas que tienen que ver con asuntos públicos concernientes a toda colectividad.

Autores como Jean-Jacques Rousseau, definían en 1762 a la política como “la actividad que tiene por objeto regular y coordinar la vida social por medio de una función de orden, defensa y justicia para mantener la superación y la cohesión de un grupo social determinado”. Por lo tanto la política es también una actividad humana realizada en un entorno social, que tiene como base legitimadora su función de ordenamiento, en busca del bien común. Es claro que el hecho político se caracteriza por tener sustento en una comunidad humana formada para la obtención del bien más importante de la sociedad: el bien común, entrelazando contenidos como gobierno, dirección, poder, autonomía y lucha de poder.

De esta forma podemos establecer que la Ciencia Política es una disciplina que dentro del marco de las ciencias sociales pretende, a través del método científico, trascender de la opinión y la descripción de los hechos políticos al conocimiento sistemático. Es rigurosa, explicativa y potencialmente aplicativa, por lo que se le considera una ciencia social que desarrolla su campo de estudio tanto en la teoría como en la práctica a partir la descripción y análisis de sistemas y comportamientos políticos individuales, de la sociedad y del Estado, y, sus niveles de teorización son el descriptivo, el explicativo y el interpretativo.

Por lo tanto, el objeto de la Ciencia Política es el estudio la formación, obtención, ejercicio, distribución y aceptación del poder. Entendiendo por poder público, aquel que permite organizar de manera autónoma e independiente a una colectividad determinada, la cual en nuestro tiempo asume la forma de lo que denominamos Estado. Por lo tanto, el principal objeto de estudio de la Ciencia Política es el Estado. Es una ciencia en la medida que describe, interpreta y critica el fenómeno político estatal (gobierno), y lo político (la política y el poder) para lo que utiliza un método determinado.

Concluimos así, ampliando la visión del abogado cruceño Paúl Antonio Coca Suárez Arana, que el conocimiento científico de los fenómenos relacionados con el poder político es prioridad para la sociedad y en especial para todo aquel que se dedica al estudio de la Ciencia Política y el Estado, que es la expresión de la organización sociopolítica de la comunidad. Es fundamental conocer al sistema, estructuras, límites y eficiencias políticas de la sociedad, para que se puedan comprender y analizar las expresiones jurídicas del Estado. Es en la sociedad, en donde la Ciencia Política y el Derecho se entrelazan para alcanzar los objetivos del bien común, sin afectar los derechos individuales y sociales.

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